jueves, 18 de noviembre de 2010

El Defensor del Pueblo de la Nación pide Reclasificar Agrotóxicos

Resolución sobre la Clasificación de la Toxicidad de los Agroquímicos

BUENOS AIRES, 12 de Noviembre de 2010

VISTO, la actuación Nº 1680/10, caratulada: "Solicitud de intervención vinculada a la modificación de la metodología utilizada en la clasificación de los agroquímicos", como así también las actuaciones Nos. 9203/02, 6193/03, 1305/04, 1389/07, 1614/07, 3840/07, 215/08, 7549/08, 912/09, 1839/09, 2216/09, 2787/09; y

CONSIDERANDO:

Que en la actuación Nº 1680/10, más de 2.700 firmas de ciudadanas y ciudadanos de distintos puntos del país, que desempeñan variadas actividades, manifiestan su rechazo por los daños a la salud que generan o pueden generar los agroquímicos fumigados y solicitan la intervención del Defensor del Pueblo de la Nación para lograr el cambio de la metodología de clasificación de los agroquímicos.

Que con respecto a esta problemática existen diversas denuncias en la DPN (se agregan a la presente como Anexo I), en los medios de comunicación masiva y en la justicia, como así también un variado número de estudios científico-técnicos, que destacan los efectos nocivos de los agroquímicos en la salud, de adultos y especialmente de niños, de poblaciones lindantes a zonas cultivadas donde se utilizan diversos tipos de estas sustancias.

Que el núcleo de los reclamos presentados a esta DPN tienen que ver, principalmente, con los siguientes puntos:

1. Mayores porcentajes de niños nacidos con malformaciones congénitas y abortos espontáneos asociados a las aplicaciones de agroquímicos en las provincias de Misiones y Chaco. Simultáneamente, se produciría la degradación de la capacidad productiva del suelo, contaminación del aire y envenenamiento de los cursos de agua, en zonas tabacaleras y arroceras.

2. Aplicación aérea de agroquímicos, práctica que por estar los cultivos tan cercanos a los barrios y a las rutas, terminan rociando con sustancias tóxicas a los vecinos y viajantes.

Que de la investigación desarrollada por esta Defensoría, que incluye pedido de información al Ministerio de Salud de la Nación y a la Cátedra de Toxicología de la Universidad de Buenos Aires fs 200-2005, Cuerpo II de la actuación, entre otros, surge que los síntomas de intoxicación con estas sustancias son variados según su tipo. Así algunos tóxicos no producen síntomas en lo inmediato, sino que se acumulan en el organismo hasta que sobrepasan el límite de resistencia del hígado, mientras que otros no tienen poder residual, pero, son de alta toxicidad. Las consecuencias van desde el dolor de cabeza, fatiga, debilidad, mareos, náuseas, hasta la alteración del sistema nervioso, problemas respiratorios, en la sangre y en los huesos, retardo mental, carcinogenicidad, daño reproductivo y muerte. 

Que la Comisión de Investigación de Contaminantes del Agua del Chaco, creada por el Sr. Gobernador en diciembre del 2009, elaboró un "Primer Informe" donde se señala que los casos de cáncer en niños menores de 10 años se triplicaron en la última década, y que este incremento coincide con la aplicación de prácticas y técnicas de cultivo que incluyen pulverizaciones aéreas con pesticidas vinculadas a la expansión de la frontera agrícola; que las malformaciones congénitas en el mismo período se incrementaron aún más, llegando a cuadruplicarse. Esta información fue presentada por los denunciantes y corroborada en el "Iº Encuentro Nacional de Médicxs de Pueblos Fumigados", realizado el 27 y 28 de agosto del corriente año, por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, en esa ciudad y del que esta Defensoría ha participado.

Que la Resolución Nº 350/99, de la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación, es la que regula, hasta hoy, la autorización y clasificación de los agroquímicos en la R. Argentina, a través del "Manual de Procedimientos, Criterios y Alcances para el Registro de Productos Fitosanitarios en la República Argentina", que figura como anexo de dicha norma.

Que la misma adopta la toxicidad aguda del producto formulado mediante el método conocido como DL50 (dosis letal aguda cincuenta por ciento), como única metodología de clasificación (Capítulo 2 del referido manual).

Que la metodología de clasificación basada en la DL 50 no tiene en cuenta ninguna de estas tres situaciones: si la sustancia analizada tiene efectos letales tardíos, postergados en el tiempo; efectos acumulativos después de exposiciones repetidas a lo largo de varios años, o afectaciones a la salud que disminuyen la calidad de vida.

Que, en otras palabras, la norma que actualmente regula la clasificación de los agroquímicos, no considera en su metodología:
a. la toxicidad subletal, es decir, la que no mata en un plazo corto, pero causa otros daños y/o resulta letal a largo plazo.
b. la toxicidad crónica, es decir, aquella que produce daños y/o muerte por exposición repetida.

Que los agroquímicos que se utilizan en la Argentina no se aplican en forma individual, sino que varios de ellos se mezclan en formulados con el objeto de aumentar su toxicidad.

Que la clasificación del formulado según el "Manual de Procedimientos, Criterios y Alcances para el Registro de Productos Fitosanitarios en la República Argentina", ya citado, que considera inerte a todos los coadyuvantes de la sustancia activa, se realiza teniendo en cuenta la clasificación toxicológica del denominado componente activo, y no la de la sustancia más tóxica, haciéndolos parecer como menos peligrosos de lo que en realidad son.

Que, en consecuencia, la toxicidad indicada para los formulados comercializados no representa su toxicidad real.

Que las clasificaciones que indica ese manual son las que después utilizan los gobiernos provinciales para elaborar las normas que regulan la aplicación y control de los agroquímicos en sus territorios, extendiéndose las consecuencias sobre los municipios, comunas, viviendas y escuelas rurales donde la gente desarrolla su vida.

Que esa clasificación de las sustancias químicas, al no tener en cuenta la totalidad de los efectos nocivos de los agroquímicos para la salud, trae aparejados controles laxos e insuficientes que evidentemente, por lo antes mencionado, resultan deficientes para el cuidado de la salud de la población expuesta y del medio natural.

Que los cuidados que adoptan las personas que manipulan y aplican los agroquímicos están estrechamente vinculados a su clasificación toxicológica y a las normas que resultan de esa clasificación, induciendo a la población a manipularlos con menos cuidados que el que corresponde.

Que, por otra parte, esta DPN en conjunto con el Sistema de Naciones Unidas y las Agencias PNUD, UNICEF, OIT y OPS-OMS, ha concluido el primer Atlas de Riesgo Ambiental de la Niñez en la República Argentina, que posee un capítulo completo dedicado al análisis del riesgo por agroquímicos.

Que durante su elaboración se encontraron dificultades para sacar conclusiones, dado que los resultados teóricos basados en la clasificación toxicológica actual de las sustancias no coincidía con las observaciones de campo respecto a sus efectos nocivos.

Que aún considerándose solamente el riesgo de intoxicación aguda con dosis letales, lo expresado en el Atlas da cuenta de un número aproximado de 3 millones de niños y niñas que viven en situación de riesgo ambiental por agroquímicos.

Que el conjunto de los considerandos expuestos, permiten concluir que la modificación de la norma que fija la metodología de clasificación de los agroquímicos, es una de las medidas absolutamente necesarias para dar verdadera protección tanto a la población como al medio natural que la contiene, contra los riesgos y daños que generan los agroquímicos.

Que la clasificación de los agroquímicos en función de criterios que contemplan la toxicidad subletal y crónica, a fin de determinar sus pautas de uso y manejo, es una medida eficaz en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente y proteger la salud humana.

Que conviene, asimismo, señalar la necesidad de lograr que las evaluaciones de riesgo sean elaboradas por entes independientes en contrario de lo que actualmente se practica, según lo informado por el Ministerio de Salud de la Nación que señala que las mismas son provistos por el productor. Si bien estas evaluaciones se ajustan a los protocolos internacionales de estudio es necesario asegurar una independencia de criterio transparente al respecto.

Que el artículo 41 de la Constitución Nacional dice: "Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; tienen el deber de preservarlo".

Que la Ley 25.675, denominada Ley General del Ambiente, define al principio precautorio en su art. 4 en los siguientes términos: "Cuando haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza científicas no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente".

Que la presente medida se dicta de conformidad con lo establecido por el artículo 13, párrafo primero, de la Ley Nº 24.284, modificada por la Ley Nº 24.379.

Que en consecuencia de todo lo expuesto corresponde efectuar una recomendación al SECRETARIO DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA DE LA NACION que ordene, a las áreas que corresponda, se efectúen los estudios necesarios para modificar la actual normativa que fija la metodología de clasificación de agroquímicos.

Que la presente se dicta en ejercicio de las atribuciones conferidas por el artículo 86 de la CONSTITUCIÓN NACIONAL, la Ley Nº 24.284 y normas concordantes.
Por ello,

EL ADJUNTO I DEL DEFENSOR DEL PUEBLO DE LA NACIÓN
RESUELVE:

Artículo 1.- Recomendar al SECRETARIO DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA DE LA NACIÓN que impulse las medidas necesarias para modificar la metodología utilizada en la clasificación de toxicidad de los productos agroquímicos, de manera tal que:
1) Abarque al conjunto de todos los daños a la salud que el producto pueda ocasionar (letal y subletal, agudo y crónico).
2)  Hasta tanto se realice la revisión de la clasificación, los agroquímicos aprobados que no tengan evaluado el grado de su toxicidad en las dosis subletales y crónicas, sean clasificados como "I.a: sumamente peligrosos, muy tóxicos", e identificados con banda roja.
3)  Los formulados de los agroquímicos sean clasificados con la toxicidad mayor que puede corresponder a la del componente más tóxico o al formulado considerado integralmente.
4)  Los estudios sobre los que se basan las clasificaciones de los agroquímicos, deben ser realizados por entidades de acreditada y reconocida independencia de criterio.

Artículo 2.- Regístrese, notifíquese en los términos del artículo 28 de la ley Nº 24.284, publíquese y archívese.


RESOLUCION Nº147/10



fuente: Sito oficial del Defensor del Pueblo de la Nación

link:


http://www.dpn.gov.ar/areas.php?id=01&ms=area3

martes, 16 de noviembre de 2010

¡¡ Peligro: Masiva Fumigación con GLIFOSATO en el barrio de Saavedra !!




El Martes 7 de Septiembre, en un mediodía  radiante de principios de primavera, nuevamente una cuadrilla de cuatro fumigadores, y cuatro personas más, incluído personal de TBA, fueron detectados y fotografiados por un grupo de vecinos del barrio de Saavedra. 




Si bien se desconoce la mezcla exacta de los productos rociados, la empresa encargada es la misma que realizó la fumigación del día 20 de agosto, por lo que inferimos que se trataría otra vez del temido glifosato. El personal lucía remeras identificatorias con el logo de Express Wash, empresa que estaría radicada en Haedo. 

Express Wash SRL


Como muestran las fotografías, los apartos rociadores se cargaron en pasos a nivel altamente transitados, como los de Plaza y Crisólogo Larralde y Plaza y Balbín, en donde bidones sin tapa fueron dejados en la vereda, así como las máquinas rociadoras,  que sin ningún tipo de prevención, quedaron chorreando veneno en el paso de los peatones.



Los operarios trabajan a paso firme y en pocos minutos recorren un par de cuadras por lo que son difíciles de interceptar.  Si bien los operarios que realizan la fumigación poseen trajes  y máscaras, los acompañantes que a pocos metros caminan con ellos y recargan las máquinas, apenas usan guantes.

Crisologo Larralde y Plaza, mediodía. " fumigame el auto pibe "


En los útimos días se han detectado plantas sobre la calle Plaza que "misteriosamente" se secaron una semana después de la fumigación.
El operativo se concretó en un par de horas, e incluyó las vías y aledaños (hasta la vereda) desde Avenida Congreso, hasta la avenida General Paz , el límite con Vicente López.



"Comprate un pancho y lo comemos acá, con los bidones abiertos."






Hay algo que huele mal en Saavedra..





"gracias a estos pibes ya casi no tengo hormigas... espero que los pichichos aguanten....."

 

Otra Campaña del Desierto, ahora por la soja



Fecha de Publicación: 12/10/2010
Fuente: Página/12
Provincia/Región: Nacional


En seis provincias del Chaco argentino hay ocho millones de hectáreas en conflictos de tierras y ambientales, en gran parte por el avance de frontera agropecuaria. Están afectadas 950 mil personas, la mayoría son indígenas y campesinos.
La Campaña del Desierto fue la avanzada militar sobre los pueblos originarios del sur del país y tuvo como símbolo a Julio Argentino Roca. Menos difundida, aunque igual de cruenta, el Estado también ejecutó una campaña militar contra los pueblos indígenas del norte, llamada de dos maneras: “Conquista del Chaco” y “Campaña del Desierto Verde”. Se ejecutó entre 1884 y 1917 e implicó asesinatos masivos, trabajo esclavo, torturas y la expulsión de los pueblos indígenas de sus territorios, lo que les ocasionó perder su forma ancestral de vida y tener que vender a bajo precio su fuerza de trabajo. Un relevamiento de la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf) da cuenta de una nueva avanzada sobre los pueblos originarios, esta vez protagonizada por el modelo agropecuario: contabilizó 164 conflictos de tierras y ambientales, casi ocho millones de hectáreas (el equivalente a toda la superficie de Entre Ríos o 390 veces la ciudad de Buenos Aires), y 950 mil personas, principalmente indígenas y campesinos, de seis provincias del norte argentino. El 89 por ciento de los conflictos comenzó en paralelo con la instalación del actual modelo de agropecuario, con la soja transgénica como emblema. La Redaf explica: “La raíz de los conflictos de tierra se encuentra en la disputa por el uso y control del espacio territorial a partir de la imposición de una cultura sobre otra. Por un lado el agronegocio, donde la tierra es un espacio para producir y hacer negocios, y por el otro la cultura indígena y campesina, donde la tierra constituye un espacio de vida”.
“Conflictos sobre tenencia de tierra y ambientales en la región del Chaco argentino”, es el nombre del informe de la Redaf, integrado por un colectivo de organizaciones, académicos y técnicos de distintas disciplinas del norte del país. Identificó 259 conflictos, de los cuales procesó los datos de 164, de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, este de Salta y norte de Santa Fe y Córdoba, el grueso de las provincias que conforman la región denominada Chaco argentino. Los datos precisos: 7,8 millones de hectáreas en conflicto y 948 mil personas afectadas, mayormente pueblos originarios y campesinos. El 93 por ciento de los conflictos (153) se producen por alguna acción que vulnera los derechos de los campesinos y comunidades ancestrales con relación a la tenencia de la tierra. “Es sólo una muestra de la magnitud del problema en la región”, advierte el informe.
El grueso de los conflictos (89 por ciento) se inició a partir del 2000. “Coincide con el impulso del modelo agroexportador, favorecido por las condiciones del mercado internacional para la comercialización de la soja, que trajo como consecuencia la expansión de la frontera agropecuaria en la Región Chaqueña”, recuerda el informe. En el mercado de agronegocios mundial, Argentina es visto como un alumno modelo. En 1997 se cosecharon en Argentina once millones de toneladas de soja transgénica y se utilizaron seis millones de hectáreas. Diez años después, en 2007, la cosecha llegó a los 47 millones de toneladas, abarcando 16,6 millones de hectáreas. En la actualidad, la soja abarca 19 millones de hectáreas, la mitad de la superficie cultivable del país. Los pueblos originarios perjudicados por ese avance, sólo en las provincias relevadas, son el qom, pilagá, mocoví, wichí, chorotes, chulupies, tapietes, guaycurúes, lules, vilelas y tonocoté.
A pesar de leyes que protegen la posesión de tierras de familias ancestrales (Constitución nacional, Convenio 169 OIT, Ley 26.160, Posesión Veinteañal vigente en el Código Civil) en el 99 por ciento de los conflictos por tierras se determinó que indígenas y campesinos carecen de títulos que, por las leyes vigentes, el Estado y el Poder Judicial debieran reconocer. En el 56 por ciento de los casos las familias han sufrido intentos de desalojo y en el 31 por ciento padecieron alambrados u ocupación de sus lotes.
Sólo en los casos de tierras se contabilizaron 97.995 personas que padecen conflictos. El 60 por ciento son indígenas (59.506), 39 por ciento criollos (37.789) y 700 personas criollas-indígenas (uno por ciento). Hay un piso, sólo en casos de tierras, de 1,7 millón de hectáreas en disputa. Con casos emblemáticos: en Salta sobresale el caso de los lotes 55 y 14, en el noreste provincial, también conocido como el caso Lhaka Honhat (“Nuestra Tierra” en idioma wichí), por el nombre de la organización indígena conformada por 45 comunidades y 6000 personas.
Desde 1984, las comunidades aborígenes del Chaco salteño luchan para que el gobierno provincial les otorgue el título de propiedad de las tierras que habitan. Las comunidades quieren que sea un título comunitario, que les permita seguir viviendo como pueblos cazadores y recolectores. “El gobierno de Salta ha prometido mucho, pero ha hecho muy poco. Con aprobación del gobierno nacional, pero sin consultar a las familias, autorizó construcción de un puente internacional sobre el río Pilcomayo. También de rutas para facilitar el comercio entre los distintos países del Mercosur. Estas obras cruzan el territorio que habitan las comunidades, sin embargo ellas nunca fueron informadas sobre las consecuencias de estos proyectos”, detalla del informe.
El caso llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en noviembre de 2006 intimó al Estado argentino para que demarque y entregue las tierras a las comunidades. En 2007, el gobierno de Salta firmó un acuerdo por el cual se comprometió a la redistribución de 643 mil hectáreas, 400 mil para aborígenes y 243 mil para los criollos. La Redaf advierte que la entrega de títulos se encuentra muy retrasada.
La Redaf también destaca el caso del Bañado la Estrella, en Formosa, donde el gobierno provincial decidió la reconstrucción de una ruta y erigió terraplenes que inundaron tierras campesinas. El informe recuerda que las familias debieron abandonar su zona de vida ancestral y perdieron animales (parte esencial de subsistencia).
El relevamiento demuestra que las víctimas del modelo agropecuario son pequeños productores. El 56 por ciento de los casos corresponde a familias con menos de 100 hectáreas. Y el 43 por ciento posee menos de 400 hectáreas. Además de la escasa cantidad de tierras, los ingenieros agrónomos de la Redaf recuerdan que 100 hectáreas en el Chaco argentino nunca tienen la misma productividad que en la Pampa húmeda. “La cantidad de tierras de que disponen las familias es escasa para desarrollar una vida digna y permitir que los jóvenes se puedan quedar a trabajar y vivir en el campo”, afirma.
Como contrapartes del conflicto, el 79 por ciento está constituida por empresas y personas físicas. Y el 16 por ciento identifica al Estado como el enemigo que disputa el territorio. El rol del Estado es uno de los puntos centrales que los indígenas y campesinos identifican como responsables, por acción u omisión, para la resolución de los conflictos.
El relevamiento destaca también el rol del Poder Judicial. Afirma que hay un retraso manifiesto de los jueces y fiscales para aplicar las leyes que protegen a campesinos e indígenas, y –cuando actúan– hay un retraso notable.
La Red Agroforestal realiza un informe permanente y dinámico de conflictos. En febrero pasado este diario informó que existían en la misma región cinco millones de hectáreas en disputa, casi 600 mil personas afectadas. Se trataba del conteo de 52 de casos de 120 relevados. En el transcurso del año se registraron y procesaron nuevos conflictos (164 procesados de 259 registrados), que serán difundidos en detalles y entregados el próximo 20 de octubre en Córdoba, en el marco del “Cuarto Seminario sobre tierra, agua y bosque de la región chaqueña”. La organización remarca que existen “muchos más casos” que los relevados.
Cuando se les preguntó a las familias afectadas qué querían, las respuestas fueron simples: poder trabajar y vivir en la tierra donde siempre vivieron. En la lista de exigencias figuran que se les reconozca el derecho a ser dueños de las tierras y que les devuelvan las tierras que les quitaron de manera fraudulenta.
Entre las conclusiones se destaca que los conflictos no son sólo por la tierra, sino que se trata de una disputa por el uso y control del espacio territorial a partir de la imposición de una cultura sobre otra. Afirma que para los empresarios dedicados al agro y para el Estado “está en juego el aumento de ganancias y retenciones en el corto plazo, para ellos la tierra representa un bien económico necesario para producir ganancias, sin importar los costos ambientales, culturales y sociales que impliquen”.
En contraposición, destaca que para los pueblos indígenas y campesinos implica mucho más que negocios. “Se trata de una lucha por conservar una identidad, por mantener un modo de vida, de producir, de vivir y permanecer. La tierra es un bien social y no un bien económico, parte constitutiva de su cosmovisión y religiosidad”, asegura el informe: “Llama la atención el escaso apoyo del Estado a los campesinos e indígenas, y su intervención protagónica como la otra parte del conflicto, ya sea en forma directa o indirecta. Indica claramente que, aunque en el discurso lo cuestione, en la práctica sigue apoyando el modelo de producción extractivista y atentando contra la vida indígena y campesina”.

Denuncian que agroquímicos afectan a personas y al ambiente



Fecha de Publicación: 13/11/2010
Fuente: Chaco Día por Día
Provincia/Región: Chaco


Un grupo de pobladores informaron a la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura que los agrotóxicos que se pulverizan en la estancia “Don Panos”, de Eduardo Eurnekian, afectan desde hace 10 años a la salud y al ambiente.
Vecinos y productores indígenas de Campo Medina y de lotes aledaños a Pampa del Indio denunciaron que la pulverización de agroquímicos que se realiza periódicamente en la estancia sojera “Don Panos” propiedad del empresario, Eduardo Eurnekián, está afectando no sólo las plantaciones que allí se realizan sino también a las personas y a los animales de la zona.
La denuncia fue radicada ante la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura provincial y está firmada por los pobladores Mariano Peñaloza, Simón González, Enrique Napoleón Tomas, Santos López y Juan Bautista Capra. En la nota, los pobladores denuncian los “severos daños sobre personas, animales, plantaciones y cursos de agua, debido a la fumigación por parte de la empresa ‘Don Pano’ con agrotóxicos desde hace aproximadamente 10 años, variando los mismos de acuerdo a la rotación de cultivo que hace la mencionada empresa”.
En la presentación los pobladores identificaron a los lugares afectados como lote 4 de Campo Nuevo, lotes 100, 101, 73 y 45 de Campo Medina. Los vecinos además indicaron que cada vez que se realizan pulverizaciones en los campos de Eurnekian “se perciben olores insoportables, se registran mortandad de animales y chicos con manchas en la piel”.
Los vecinos solicitaron a los diputados que integran la Comisión que intercedan “de manera urgente a fin de que dichas fumigaciones, en virtud de que los daños son irreparables sobre bienes y personas”. El diputado de Proyecto Sur, Carlos Martínez, al término del encuentro informó que la comisión correrá traslado de esa denuncia al órgano de aplicación de esa de la Ley de biocida que es el ministerio de la Producción y Ambiente.
Esta no es la primera vez que se denuncia la actividad de Eurnekian en tierras chaqueñas. En 2006, la organización ambientalista Greenpeace escrachó al dueño de Aeropuertos Argentina 2000 en su propia estancia de Pampa del Indio cuestionándolo por el desmonte que se estaba realizando en la zona.
“Eurnekián: Matar al bosque no es negocio”, decía la bandera de 60 por 25 metros que se desplegó en esa oportunidad. El empresario había sido denunciado por la organización ecologista en un informe titulado “Desmontes S.A.”, en el que se lo acusó de ser el responsable de desmontes ilegales en 4 mil hectáreas.

EE.UU. vienen a investigar el uso de agroquímicos en Argentina


Estadounidenses investigan el uso de agroquímicos y las malformaciones

Fecha de Publicación: 12/11/2010
Fuente: Territorio Digital
Provincia/Región: Misiones


Un grupo de profesionales, integrado por médicos y abogados de Estados Unidos y abogados de Buenos Aires, llegaron a esta localidad para avanzar en la investigación sobre el uso de agroquímicos y su relación con la malformación genética de niños.
Eligieron San Vicente, porque según una investigación particular, en esta localidad y zonas aledañas hay cientos de casos de chicos con malformaciones genéticas, relacionadas con el uso de agroquímicos.
Ayer por la mañana, en el hotel donde se hospedaron, los profesionales vieron a chicos de la zona y por la tarde recorrieron algunas colonias.
El grupo está integrado por el médico Bryan Hall y los abogados Steven Phillips, Dave Strouss, Diane Paolicelli, Peter Kraus y Zach Haupt del estudio Bifferato Llc, además de los letrados Esteban Mustapich y Alejandro Capilla.
Algunos de ellos ya habían venido a Misiones en abril de este año, y para otros es la primera vez que pisan la tierra colorada. Hoy a la noche prevén entrevistarse con el médico e investigador sobre este tema, Hugo Demaio, en la capital provincial.

Investigación particular
Raúl Godoy dijo a El Territorio que nació en San Vicente y cuando tenía ocho años se fue a vivir a Buenos Aires, pero con frecuencia volvía a visitar a su madre. En esas visitas le llamó la atención la cantidad de chicos que veía con malformaciones genéticas, situación que lo empezó a inquietar y no dudó en comenzar a investigar en forma particular en 2001. Luego se contactó con los médicos Hugo Demaio y Andrés Carrasco, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), quienes ya habían avanzado sobre ese tema.
Según sus apreciaciones, entre los agroquímicos más tóxicos que se utilizaban con frecuencia en Misiones están el Furadán, el Roundup y el bromuro de metilo. Tras relevar varios datos, hace dos años, llevó los casos a los abogados Esteban Mustapich y Alejandro Capilla, quienes, a su vez, se contactaron con un estudio de abogados de Estados Unidos. Godoy precisó que es un tema complejo. “Vinieron cuatro estudios (de abogados) de Estados Unidos pero no quisieron investigar, porque se necesita mucha plata para venir a investigar y hacer el juicio. Ahora sí vino este estudio, que es muy bueno”, indicó.
“En la zona de San Vicente, San Pedro y Colonia Paraíso hay 118 casos registrados”, señaló Godoy, y agradeció la colaboración de Kike Nacimento, a la vez consideró que en Misiones serían unos 3.000 los casos de chicos con malformaciones, nacidos en su mayoría en la década de los 90. No obstante señaló que hay más casos en Leandro N. Alem y 25 de Mayo.
Según manifestó Godoy, luego de las investigaciones realizarán una demanda judicial a las empresas que operan con agroquímicos: Dupont, Monsanto y Bayer, de Norteamérica y Alemania.

La intensidad y la cantidad
El abogado Alejandro Capilla manifestó que es algo insólito la cantidad de casos.
“Ver la cantidad de chicos con problemas es enorme, a causa de los venenos que se usan en las plantaciones”, dijo y sostuvo que “lo que se investiga es la toxicidad y la capacidad de causar malformaciones por exposiciones prolongadas en un determinado tiempo”. En este sentido, el abogado Steven Phillips, explicó a El Territorio que en Estados Unidos se usa glifosato pero la intensidad es menos del 2%, mientras que en Sudamérica es del 43%.
Además, “allá se usa en grandes extensiones donde la gente no vive, acá los campos son pequeños y la gente vive ahí. También allá las madres no trabajan con el producto, acá trabajan incluso estando embarazadas”. Incluso sostuvo que “la cantidad de gente que posee problemas en Misiones es mayor que en cualquier otro lado de Argentina. Estos números se dan en las chacras tabacaleras y no en otro lugar”.
Según el abogado norteamericano, las madres pueden ser afectadas por los venenos de tres formas: en contacto con la piel, inhalación e ingestión. Las malformaciones pueden ser genéticas, cuando está afectado el esperma del padre o el ovario de la madre.
Otra forma es cuando la madre está embarazada y el producto atraviesa la placenta y llega al bebé, por lo que afecta el desarrollo y la formación de órganos. En algunos casos genera nacimientos prematuros y otras complicaciones. La otra forma es por contacto con la piel, cuando se fumiga o se prepara el producto, con exposición de la piel. Otra vía es la inhalación, cuando se pulveriza y va a los pulmones y a la sangre. Y por último por ingerir.
Consultados por las licencias autorizadas que tienen los productos agroquímicos y las empresas que las fabrican y comercializan, Steven Phillips puntualizó que en algunos casos “las empresas no son honestas, ni acá, ni en Estados Unidos. Hay cientos de productos que obtuvieron licencias y tienen problemas, y no fueron estudiados. Además sobre muchos de estos productos las compañías no le dan la información correcta al usuario sobre el uso”.
Steven aseguró que “tenemos documentos internos de compañías que dicen que no tiene sentido darles explicaciones a los colonos porque no entenderían o no seguirían las instrucciones”.

Un nuevo estudio para los agrotóxicos



Fecha de Publicación: 15/11/2010
Fuente: Página/12
Provincia/Región: Nacional


En su dictamen, la Defensoría del Pueblo solicitó al Ministerio de Agricultura que profundice los estudios sobre agroquímicos y pidió que la recategorización de su toxicidad se base en resultados independientes y no en los presentados por las empresas.
Las empresas de agroquímicas defienden la baja toxicidad de sus productos con una metodología polémica: hacen hincapié en los efectos agudos, la exposición a corto plazo y con efectos inmediatos. No profundizan los estudios científicos en los efectos crónicos, que implica exposición a bajas dosis durante un tiempo prolongado (como sucede en la práctica con las fumigaciones de campos de soja o arroz). Desde hace décadas, en todo el mundo, organizaciones ambientales y campesinas piden modificar esa metodología. La Defensoría del Pueblo de la Nación acaba de dar un paso en ese camino: solicitó al Ministerio de Agricultura que modifique la forma de clasificación de los agroquímicos, instó a que los estudios de toxicidad estén a cargo de instituciones independientes (no de empresas ni de científicos ligados a las compañías) y, hasta que no se implemente la nueva metodología, reclamó que los agroquímicos sean reubicados en la más alta categoría de toxicidad, lo que implicará alejar las fumigaciones de escuelas rurales, viviendas campesinas y barrios periurbanos.
La Resolución 147/10 de la Defensoría del Pueblo fue emitida el viernes a última hora. Consta de cinco páginas de fundamentación y una carilla resolutiva. “(Se) recomienda a la Secretaría de Agricultura de la Nación que impulse las medidas necesarias para modificar la metodología utilizada en la clasificación de toxicidad de los productos agroquímicos”, precisa el primer artículo y solicita se estudien “todos los daños a la salud que el producto pueda ocasionar, efecto letal y subletal, agudo y crónico”.
Para ubicar a los agroquímicos en los diferentes rangos de peligrosidad las empresas –y los organismos estatales– miden la toxicidad mediante la “Dosis Letal 50” (DL50). Este parámetro se define mediante la cantidad de agroquímico que mata al 50 por ciento de una población de animales de laboratorio durante un tiempo corto. La DL50 está relacionada exclusivamente con la toxicidad aguda de los plaguicidas, no mide la toxicidad crónica, aquella que surge de pequeñas exposiciones diarias a través de un largo período.
“Todo agroquímico que causa daños crónicos pero mata a poco menos de la mitad de las ratas de laboratorio, en forma aguda con altas dosis, es clasificado como producto Clase IV, identificado con la leyenda ‘normalmente no ofrece peligro’ y señalizado con la banda verde”, denuncia la Red Nacional de Acción Ecologista (Renace), colectivo de organizaciones que participó, en mayo pasado, de una presentación ante la Defensoría del Pueblo para que se solicitara la recategorización de los agroquímicos.
En la presentación ante la Defensoría se remarcó la inconsistencia en la clasificación de toxicidad. “La metodología basada en la DL50 no tiene en cuenta, por ejemplo, si el agroquímico analizado mata años después de una aplicación, porque no es toxicidad aguda; o si mata después de exposiciones repetidas a lo largo de varios años; o si produce o induce malformaciones congénitas, abortos espontáneos, cáncer, afecciones cardíacas, afecciones neurológicas, alergias, daños oculares; y tantos otros daños a la salud que afirman los estudios realizados por investigadores que no dependen de las empresas que patentan, producen y comercializan estos productos”, explica la Renace.
El estudio del investigador de la Facultad de Medicina de la UBA y el Conicet Andrés Carrasco, que confirmó malformaciones en embriones anfibios, sí aborda los efectos subletales. Y no se trata del único trabajo. En agosto pasado, la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba organizó el primer Encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados. Durante dos días se presentaron una decena de investigaciones realizadas por académicos de universidades nacionales. Todos ellos tuvieron en cuenta los efectos crónicos y las consecuencias en el mediano y largo plazo de los herbicidas y plaguicidas. “Existe evidencia científica que es suficientemente fuerte y consistente para reconocer que la exposición a plaguicidas aumenta el riesgo de afectar la salud humana”, afirmó el médico, docente universitario y coordinador del encuentro, Medardo Avila Vázquez. Durante el congreso, investigadores y académicos vincularon los agroquímicos con distintos tipos de cáncer, abortos espontáneos, malformaciones y trastornos de la fertilidad. Recordaron que en la Argentina se utilizan 300 millones de litros de agroquímicos por año y son afectados 12 millones de habitantes.
Hasta que no se realice la revisión de la clasificación toxicológica, el Defensor del Pueblo, Anselmo Sella, instó al Ministerio de Agricultura a elevar al máximo (“sumamente peligroso-muy tóxico”) todos los agroquímicos que no hayan sido evaluados en dosis subletales y crónicas. El Ministerio de Agricultura no cuenta con un listado público de productos que fueron aprobados sin estudios crónicos y subletales, pero desde Renace estimaron que “son la mayoría de los productos que hoy se utilizan en el país y entre ellos se encuentra el glifosato (herbicida pilar del cultivo de soja)”.
La medida de la Defensoría impacta directamente en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), organismos dependiente de Agricultura. El último punto de la Resolución de la Defensoría hace hincapié en cómo deben aprobarse los productos: “Los estudios sobre los que se basan las clasificaciones de los agroquímicos deben ser realizados por entidades de acreditada y reconocida independencia de criterio”.
La soja transgénica y el uso de herbicidas que sustentan la siembra directa fue aprobada en Argentina durante 1996 sobre la base de trabajos de la propia empresa Monsanto.

jueves, 14 de octubre de 2010

Convocamos a una Reunión de vecinos

Viendo que la empresa TBA  continúa con la fumigación de venenos (glifosato) en los terrenos de las vías, vecinos de Saavedra, Coghlan y otros barrios de  Buenos Aires nos reuniremos este Sábado a las 19 hs. a debatir sobre  este tema fundamental, dado el peligro que representa para la salud y el medio ambiente.



Durante la reunión se mostrarán fotos y videos de las últimas fumigaciones, tomadas por vecinos de Saavedra y Belgrano R, se escucharán testimonios y se proyectarán fragmentos de videos para ahondar en esta problemática. 
Se presentarán ordenanzas y leyes vigentes de prohibición de fumigaciones en partidos y provincias vecinas  así como distintas propuestas para mejorar esta preocupante situación en nuestra Ciudad.


Hablarán Jorge Rulli, experto en desarrollo sustentable, y expertos en el tema  pertenecientes al Grupo de Reflexión Rural.


Contamos con tu presencia.
Muchas Gracias.




Este Sábado a las 19 hs. en La Huerta de Saavedra, Plaza Oeste y Nuñez, Capital.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Soja, ambiente, intereses


 Por Mempo Giardinelli
En las últimas cuatro semanas recibí decenas, quizá centenares de mails a propósito del intercambio con Gustavo Grobocopatel.
Me han escrito altos directivos de la Sociedad Rural Argentina, socios de la Federación Agraria, ingenieros agrónomos de la pampa santafesina y la bonaerense, productores de Rafaela y Reconquista, de General Villegas y Córdoba, de Pergamino y Santiago del Estero, de Formosa y de Salta, productores arroceros de La Leonesa en mi provincia, así como del interior de Corrientes, e incluso de Rio Grande do Sul, en Brasil.
Fue una lluvia impresionante de mensajes a favor o en contra de la producción extensiva de soja. Los que firman son científicos del Conicet; genetistas de por lo menos cuatro universidades nacionales; colectivos de productores; campesinos desplazados; economistas del Plan Fénix y de otras instituciones económicas, culturales y agrarias de medio país; filósofos, escritores, lectores de este diario y etc., etc. Salvo un par de idiotas ofuscados, la inmensa mayoría de los mails fueron de tono respetuoso, tolerante y aportador de información en favor o en contra de lo expresado en mis notas. Fue un ejercicio hermoso pero tan masivo que, por eso mismo, me veo impedido de responder a uno por uno.
Lo que sí me queda es la sensación clarísima de que involuntariamente he destapado una caja de Pandora. Y no me parece mal si la discusión de los males o bienes emergentes le sirve a la nación, pero yo aquí paro. Prefiero no seguir polemizando con quienes, en general, me dicen –y siguen diciendo– que estoy equivocado o mal informado, pero sin rebatir mis argumentos. Que acaso no son gran cosa, pero sí son firmes y los sintetizo por última vez:

a) la soja transgénica es peligrosa hasta tanto no se demuestre lo contrario y no debería permitirse en la Argentina (como lo hacen casi todos los países productores);
b) el glifosato, si bien parece que es menos peligroso que el viejo DDT, no por eso es inocente y menos si está bañando la friolera de 22 millones de hectáreas de territorio nacional.

En mi primera nota hablé de “daños colaterales” y la verdad es que los sigo viendo.
 
Donde había bosques naturales no los hay más. Decenas de miles de campesinos fueron y son forzados a abandonar sus tierras para engrosar villas miseria, no hay emprendimiento privado que los contenga y lo que hace el Estado no alcanza. Cada vez veo más escuelas rurales semivacías, y cómo se reclutan chicos para banderilleros de aviones fumigadores.

El año pasado se conoció el caso de San Jorge, Santa Fe, donde además he escuchado testimonios de primera mano. Ahora me llega un mail que informa que a comienzos de septiembre “un equipo de pulverización terrestre se aprestaba a pulverizar los cultivos de soja ubicados en el predio que linda, calle de por medio, con la Escuela del Lote 7, en Colonias Unidas, Chaco. Los vecinos del lugar, que en años anteriores fueron testigos de estas prácticas y que advierten serios problemas de salud en sus niños, impidieron que esta vez se lleve a cabo la aplicación apostándose frente al equipo pulverizador evitando que pueda seguir circulando”, luego de lo cual hicieron la denuncia solicitando que no se “fumigue” más en cercanías de la escuela ni de sus hogares.

Y en la web leo, al cierre, que si hoy en la Argentina se obtienen 30 kilos de miel por colmena, hace 20 años se obtenían hasta 80 kilos en la cuenca lechera de Córdoba y Santa Fe. El cambio obedece básicamente a que en lugar de pasturas para alimentar vacas lecheras, ahora se siembra soja. La producción argentina en la cosecha 2008/2009 fue de 57 mil toneladas, de las cuales se exportó el 95 por ciento. Pero se producían 100 mil toneladas hace 10 años.

Estos también son daños colaterales de una producción que aunque deja divisas al país, no se ha demostrado que no es peligrosa, y además está descontrolada.
Quisiera que se entienda este artículo como una respuesta cordial a cada uno/una de quienes me escribieron. Seguramente hay muchos/as argentinos que saben mucho más que yo de este asunto. Lo mío es la literatura, es cierto, pero también me incumbe como ciudadano el cuidado de un país que tenía una tierra que pensábamos bendita y los acuíferos más impolutos del mundo. Hoy sabemos que eso ya no es así, que la soja transgénica y el glifosato son parte del problema (y no de la solución) y que nadie puede probar lo contrario.
Están muy bien el desarrollo, los emprendimientos y los intereses empresarios que benefician al país. Ganamos todos. Pero cuando el rumbo del de-sarrollo es decidido por el interés de unos pocos, que además pueden hacer que las decisiones políticas se subordinen a ellos, los que perdemos también somos todos.
Hacen falta controles estatales firmes y vigorosos, y legislaciones fuertemente preservacionistas, tanto para la soja y el glifosato como para la represa del Ayuí o la gravísima cuestión de los glaciares, hoy en manos de empresas mineras y gobernadores como el señor Gioja de San Juan y otros que parecen no ver más allá de sus narices. O de sus bolsillos, quién sabe.
Es claro que hay que distinguir conductas y grados de sensibilidad, porque no todos son lo mismo, ni en la soja ni en ninguna otra actividad. Pero también es cierto que el medio ambiente es un asunto demasiado serio como para dejarlo en manos de quienes suelen tener más intereses que conciencia social.

Domingo 26 de Septiembre, Pagina 12
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-153810-2010-09-26.html

jueves, 23 de septiembre de 2010

Proyecto de Ley para frenar los agrotóxicos

En una audiencia pública en la Cámara de Diputados, legisladores, científicos y organizaciones sociales avalaron un proyecto de ley que busca prohibir en todo el país las pulverizaciones aéreas con plaguicidas. También limita las terrestres.

 
                                                                                                    El investigador Andrés Carrasco fue uno de los 
                                                                                                        expositores en la audiencia del Congreso.
 

 Por Darío Aranda
El debate por las consecuencias sanitarias de los agroquímicos entró ayer al Congreso Nacional de la mano de legisladores de distintos bloques, científicos que probaron los efectos negativos en la salud y organizaciones sociales. Fueron recurrentes dos afirmaciones: es necesario cambiar la actual forma de producción agropecuaria y es prioritario dejar de lado el modelo extractivo –donde monocultivo de soja y megaminería a cielo abierto son sus caras más famosas–. “No es la prueba científica la que cierra esta discusión, es la realidad, los vecinos afectados, las malformaciones y los abortos espontáneos”, afirmó el director del Laboratorio de Embriología Molecular de la UBA y científico del Conicet, Andrés Carrasco. La diputada Cecilia Merchán, junto con otros doce legisladores, presentó un proyecto de ley para prohibir todas las pulverizaciones aéreas y limitar las terrestres.
“Minería y soja pertenecen a un mismo modelo. Ambos son perjudiciales. Hay que debatir el perfil productivo de las provincias y esto no se trata de un falso antagonismo ‘interior-Capital’. Soy de Córdoba, provincia sojera, e igual sostengo que este modelo tiene consecuencias en la salud de las poblaciones”, abrió el debate Merchán, en una sala repleta de público. Le siguieron los legisladores Miguel Bonasso, Fernando Solanas, Lisandro Viale (socialismo) y Ariel Basteiro (Nuevo Encuentro).
Carrasco presentó su investigación que confirma el efecto letal del glifosato en embriones anfibios. “Tal como lo quería el ministro de Ciencia (Lino) Barañao, nuestro trabajo está publicado (en la revista científica internacional Investigación Química en Toxicología). Y prueba que el glifosato produce malformaciones o mata al embrión”, remarcó y explicó que los vertebrados (desde anfibios hasta humanos) comparten los mismos mecanismos embrionarios. “Existe la muy seria posibilidad que ocurra lo mismo en humanos, sobre todo en las tres primeras semanas de gestación”, precisó, y alertó que “el problema no es el glifosato, no es el único ni el último agrotóxico, sino un modelo de producción”.
Javier Souza Casadinho, docente de la Facultad de Agronomía de la UBA y coordinador regional de la Red de Acción en Plaguicidas (Rapal), explicó que en la actualidad se riega el país con más de 300 millones de litros. En 1999, las cámaras empresarias recomendaban usar seis litros por hectárea, en la actualidad instan –para la misma superficie– 14 litros. “En nuestro país se sigue usando el endosulfan, extremadamente tóxico, que ya fue prohibido en 69 países del mundo. Acá usamos cuatro millones de litros por año”, cuestionó.
La Leonesa es una localidad de diez mil habitantes a 60 kilómetros de Resistencia. Desde hace una década denuncian el efecto sanitario de los agroquímicos utilizados en plantaciones de arroz. Apuntan al glifosato, endosulfan, metamidofos, picloran y clopirifos, entre otros químicos usados también en la soja. Ante las crecientes denuncias y movilizaciones, en 2009 el gobierno del Chaco creó la Comisión Provincial de Investigación de Contaminantes del Agua. Cinco meses después, finalizó su primer informe oficial y llamó al alerta nacional: los casos de cáncer en niños se triplicaron y las malformaciones en recién nacidos aumentaron 400 por ciento. Sucedió en sólo una década y corresponden a estadísticas sanitarias vinculadas a zonas con uso intensivo de agroquímicos.
El jefe del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), Raúl Horacio Lucero, detalló frente a legisladores las historias clínicas de niños malformados que comenzaron y llegaron a su consultorio, exhibió radiografías de bebés sin dedos, chicas con brazos sin articulación. “En el caso de La Leonesa se usaron datos registrados en los hospitales públicos desde hace años, registros oficiales, y fue realizado por una comisión oficial, ¿cómo puede ser que eso no tenga difusión?, ¿cómo se puede silenciar?, ¿qué otra prueba quieren? Yo vi los casos, nadie me lo contó, conozco a la niña con malformaciones, la vi crecer y también vi que su mamá sufrió fumigaciones en los primeros meses de embarazo”, lamentó.
El presidente de la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas, Orlando Martínez, denunció discriminación hacia el sector, “con 85 años de historia y 50 mil trabajadores”, reclamó un “sustento técnico” para la prohibición, se mostró favorable a abandonar los “productos nocivos” para la salud y retrucó con una sorpresiva propuesta, que fue bienvenida por los presentes: “Si prohíben las fumigaciones aéreas, también hay que prohibir las terrestres”.
El proyecto de ley 5857-D-2010 prohíbe en todo el país las pulverizaciones aéreas de “plaguicidas, agrotóxicos o biocidas químicos o biológicos” con destino para el uso agropecuario, cualquiera sea el producto activo o formulado así como su dosis. También prohíbe la aplicación terrestre dentro de un radio de mil metros a partir del límite de las plantas urbanas y periurbanas en todo el país. En caso de que se viole la norma, propone penas de tres a diez años de prisión. Firman el proyecto de ley diputados de Proyecto Sur, GEN, SI y Frente para la Victoria.

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Página 12, miércoles 22 de septiembre de 2010.

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-153587-2010-09-22.html

sábado, 4 de septiembre de 2010

ALERTA: GLIFOSATO EN PLENA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Se fumiga con el peligrosísimo herbicida en las inmediaciones de los  barrios de Belgrano R, Coghlan, Villa Urquiza y Saavedra.

Viernes 20, 12:00hs. Puente de la Calle Superí. Un operario fumiga ante la mirada de un trabajador de TBA y un compañero.


El Viernes 20 de Agosto de 2010 por la mañana nuevamente una cuadrilla de cinco operarios acompañados por personal con uniforme de TBA trabajaron fumigando en los terrenos linderos a las vías de la Linea Mitre, en la zona de la Estacion Coghlan.

Precisamente en el cruce de peatones de la calle Melián,  entre el que parecía ser el capataz y un vecino, se produjo el diálogo que aquí transcribimos:

...ruido de rociadores...

Vecino:       Le hago una pregunta señor ? con que están fumigando?
Operario:    Con...herbicida
V:               ¿Qué herbicida es?
O:               fosato....
V:               Glifosato?
O:              Glifosato, si señor
V:              Y de que empresa son?
O:              ahh no se.... usted me hizo una pregunta y yo le contesté...
V:              .... bueno...
O:              ...para TBA estamos tirando

Luego de esta conversación los fumigadores trabajaron ardua y meticulosamente, mientras los venenos rociados se podían oler desde 150 metros, pulverizando sobre todo el terreno de las vías, el puente de la calle Superí, las inmediaciones de la estación Coghlan, en un horario altamente transitado, cuando diversas restricciones legales van desde un margen de 500 (quinientos)  metros como mínimo desde cualquier lugar poblado a la prohibición total del uso de GLIFOSATO en áreas urbanas.

viernes 20, 12:00, una madre con su bebé en la plaza mientras un fumigador baja del terraplén.




NE: Por razones de seguridad, el voluminoso archivo grafico y multimedia realizado el Viernes 20 de Agosto, así como el nombre de los vecinos que colaboraron, se mantendrá a resguardo hasta iniciadas las acciones que correspondan.

GLIFOSATO: Dr. Rodolfo Páramo: "Malformaciones Congénitas sobrepasan la estadística mundial"




Impactantes declaraciones del Dr. Rodolfo Páramo (Pediatra) sobre el glifosato y las enfermedades y malformaciones en recién nacidos que  se vienen constatando desde los 90s












Entre otras declaraciones el Dr. Páramo dice:
"A partir de la maldita década de los 90, la gente se acostumbró a hacer cualquier cosa sin medir responsabilidades.. hacé cualquier cosas que total no pasa nada"

"Recuerdo la primera vez que fui a San Lorenzo, los camiones cargados de cereal por las calles céntricas de la ciudad..."

"Desde 1997 la UNL viene constatando que en la soja hay glifosato, y el aceite que se obtiene de la soja tiene endosulfan, uno de los insecticidas más dañinos que pueden existir para la naturaleza..."

MALFORMACIONES: "Cuando denunciábamos las malformaciones congénitas... a mediados de 1994 registramos en un año 12 chicos con malformaciones congénitas... un solo ojo, cabezas más chicas...  nos decían que no había comprobación científica..."

ABORTIVA: "Los fito que las sustancias que la soja transgénica tienen en su interior son abortivos y ya hay transnacionales que a todos sus productos le meten harina de soja..."

MENARCA PRECOZ Y CANCER: "Los Fitoesteroles, actuan como hormona femenina, de ahí que la sociedad de pediatría nos decía que no permitiéramos el consumo de fitoesteroles en menores de 5 años porque se produce una disrrupción hormonal que hace las nenas comiencen a tener su primera menstruación alrededor de los 6 años y sabemos que esa nena se va a morir de cáncer alrededor de los 30 años, de cáncer de útero, de mama o de ovarios"
"Monsanto nos mentía... que era biodegradable, que en contacto con la tierra se degradaba en sustancias no dañinas, pero la realidad es que mata todo tipo de vida vegetal, incluso las bacterias y los hongos que son los que viven en el suelo, son los que van a incorporar los nutrientes de la materia en el suelo y generar el fertilizante natural para el próximo cultivo.. la soja sobrevie pero todo lo demás muere"



Pulblicado por nuevaregion.com el Miércoles, 25 de Agosto de 2010 13:44

http://nuevaregion.com/index.php?option=com_content&view=article&id=18294:glifosato-dr-rodolfo-paramo-qmalformaciones-congenitas-sobrepasan-la-estadistica-mundialq&catid=1:medio-ambiente&Itemid=368

viernes, 3 de septiembre de 2010

Así se perdió la llanura del Plata

 
La conquista como estructura de opresión se proyecta hasta nuestros días como un patrón destructivo de conducta colectiva.

Por Arturo Avellaneda, extracto del Informe A.N.A 2009.
http://www.permahabitante.com.ar/textos.php

A Pedro de Mendoza lo mandaron al muere. Sifilítico y acompañado por el núcleo de su propia infección, fue arrojado a un destino sin esperanza por sus mismísimos cómplices españoles. Ignorante de la fastuosa prosperidad sobre la que estaba parado, no pudo descubrir algo para comer en medio de la pradera más próspera de la tierra. Ni supo pescar en el río más ancho del planeta. Ni fue capaz siquiera de ponerse a masticar una panoja de quínoa silvestre para salvarse la vida. Y así se murió de hambre.
Él seguramente hubiera deseado encontrar quien lo alimente. Alguien que pueda leer sus patéticas credenciales y ser además tan ingenuo como para creer lo que decían. Caleuche, voz araucana que significa “nave con dementes”, es el nombre de una leyenda de nuestros antepasados, seguramente inspirada por esta experiencia a la que la historia oficial atribuye la primera fundación de la ciudad de Buenos Aires.
Con los años el contacto establecido, continuó gestando el encuentro entre todas las culturas del Atlántico. Así una América criolla se estableció en la Cuenca del Plata, mientras se desparramaba por el campo una verdadera infección de animales ajenos a nuestras prístinas pampas. Cerdos, perros, ovinos, caprinos, equinos y bovinos, vinieron entonces sin otro propósito que nutrir al invasor y a quitarles su espacio a la fauna y flora nativa. De esta forma, nuestras especies autóctonas, por ignorarse su valor de cambio en los mercados europeos, carecieron de un argumento que las “adapte” al colonialismo en boga en aquel incipiente Virreinato del Río de la Plata. Nadie quiso sacar de la ignorancia a nuestros clientes y contarles que sus haciendas carecían de las aptitudes necesarias para sobrevivir en estas espesas zonas geográficas. Ni detenerse tampoco a averiguar que la naturaleza es más generosa en excedentes biológicos legítimos, de lo que pueda llegar a ser jamás con la introducción de una especie inadaptada. Toda la viveza del nuevo criollo se concentró en sujetar al campo a la presencia de estas especies foráneas quemando, talando y alambrando a sus anchas.
Así se perdió la pampa húmeda y pasaron a la ignominia territorios conocidos por nosotros por las características sobresalientes de su particular toponimia. El Tigre, Lobos, San Miguel del Monte, Venado Tuerto, ya mudos testigos del brutal arrebato del caldenal, de la selva de tala y espinillo que tapaba la mirada desde
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Punta Lara a General Madariaga y mucho más allá en la vastedad inabarcable de nuestra llanura. Todos espacios que a esta altura del año tenían por dominante la coloración ocre que recuerdan los libros de W. H. Hudson y no el gris marchito que lucen ahora nuestros expoliados campos de pastura.
Echaron al venado, se perdió el ñandú, corrieron al guanaco, deforestaron hasta donde les dio el cuero y no satisfechos con ello continuaron imponiendo su incendiario modelo hasta secar las napas y hacer volar el suelo más allá, en la profundidad del desierto pampeano. Con la aparición del DDT en los ’60 desaparecieron los insectos y las aves endémicas del pastizal. Y a partir de los ’90, con los nuevos herbicidas preparados especialmente para especies transgénicas, desaparece toda forma de vida fundada en el metabolismo de la clorofila, condenando a toda forma de vida silvestre a una desaparición definitiva.
Nuevamente, son las columnas de humo las que delatan el lugar de la batalla, como relata Javier Moro en su célebre biografía de Chico Mendes, el recordado mártir brasilero de la defensa de la selva amazónica.

Round Up, es el asesino Glifosato

El que trae muerte, enfermedad y malformaciones infantiles entre la gente de campo.
La formidable buena salud con la que cuenta la multinacional MONSANTO, contradice la decreciente tendencia del mercado norteamericano al que pertenece. Sus utilidades en el último período del 2008, indican que gracias al extraordinario desarrollo alcanzado en América del Sur, sus acciones se han valorizado en un 117 %, sobre un total de utilidades netas de 556 millones de dólares. (1)
Nada hace suponer entonces que el reciente fallo judicial de la Provincia de Córdoba por daños a toda la comunidad de Ituzaingó Norte, inhibiendo de fumigar con su producto estrella el “Round Up”, deba preocupar al ahorrista. Como imagino que tampoco la sentencia condenatoria a prisión por la muerte del niño paraguayo Silvino Talavera, rociado por agrotóxicos por los sojeros de la zona, deba inquietar al operador de bolsa más fogueado.
Sin embargo nuestra presidenta anunció ayer, que "Vamos a seguir muy de cerca este tema, porque son hechos muy importantes que hacen a la salud de todos los argentinos". La presidenta Cristina Fernández de Kirchner consignó que dio instrucciones a la Ministra de Salud, Graciela Ocaña, para "que realice una investigación" sobre el uso de determinados agroquímicos para la fumigación "por el impacto que puede tener en la población". (2)
Sirva entonces esta pequeña reseña como contribución a la investigación en curso:
Dice Sofía Gatica presidenta de las Madres de Ituzaingó (Cordoba): “Cáncer y Leucemia acá hay en todas las familias”…”hay niños con hasta 20 tumores cancerosos en la cabeza”.
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Dice el Dr. Gabriel Gianfellice, prestigioso médico de la pequeña comunidad de Cerrito, Entre Ríos en su libro de reciente aparición La soja, la salud y la gente:
“La salud deberá enfrentar por mucho tiempo (décadas, centurias, milenios tal vez) los efectos deletereos de los venenos agroquímicos sobre el ambiente y los animales que forman parte de él.”
Libro en el que se relata el doloroso caso de los primitos Portillo; Alexis, Rocío y Cristian muertos tras recibir sucesivas fumigaciones sobre la humilde vivienda que tenían en un paraje rural próximo a Rosario del Tala, también en Entre Ríos.
Norma Portillo, mamá de Cristian declara: “Cuando fumigaban, nos encerrábamos en la pieza. Por días nos dolía la cabeza, picaba la garganta y ojos. Y si llovía, el arroyo bajaba con peces muertos, nada deja el veneno”
También resulta interesante el minucioso relevamiento del Dr. Jorge Kaczewer (Médico UBA) sobre el uso de agroquímicos en las fumigaciones periurbanas. Donde se puede leer: “Sabemos que los agroquímicos producen efectos tóxicos agudos y crónicos. Los impactos de largo plazo (crónicos) sobre la salud humana pueden resultar tanto a partir de una única exposición a altas dosis de pesticidas, como también de exposiciones a lo largo de un extenso período de tiempo, aunque los niveles de exposición sean bajos. Pese a que la gente no sepa que estuvo expuesta, los problemas consecuentes pueden emerger muchos años luego de una exposición crónica a bajas dosis de pesticidas”.
Donde también dice este minucioso estudio científico: “No se debe trasladar a las comunidades el peso de la prueba sobre una actividad mientras otro se está llenando los bolsillos. Los debates sobre políticas de reglamentación de actividades contaminantes deben ser abiertos, transparentes y brindar seguridad a las voces de las comunidades impactadas”.
También se puede visitar el B° Malvinas de Rosario acompañado por el Dr. Victor Smith (tel. 0341 4376644) y verificar la escalofriante cifra de bajas de su silenciosa guerra contra los silos que la empresa Cargil posee en la zona portuaria, que según entiendo ya supera en afectados al del verdadero conflicto del Atlántico Sur.
(1) América del Sur alimenta a Monsanto. Univisión, Internet, 8-1-09. biodiversidadla.org
(2) Agencia TELAM


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NE: Don Pedro de Mendoza, aquel ignorante Primer Adelantado, persiguiendo riquezas prometidas por la corona de España, la máxima potencia militar y económica de aquellas épocas, encontró una absurda muerte por enfermedad e inanición en nuestras otrora riquísimas Pampas. En incuestionable continuidad con ese hecho, los avanzados de la agroindustria de hoy, persiguiendo las riquezas prometidas por el Imperio de las corporaciones multinacionales, máximas y absolutas potencias de nuestros días, siembran la muerte de toda abundancia y diversidad, de todo habitante genuino, de toda vida, y finalmente de sí mismos  en tanto "productores" y administradores. 

No hay producción ni administración posible en una tierra devastada por el genocidio que causan los venenos agroquímicos. 
No hay producción ni administración posible en donde el mágico equilibrio de la Naturaleza ha sido ignorado, violado y mutilado espantosamente. 

Como Pedro de Mendoza el productor "muere"  ignorando la verdadera riqueza del suelo y sus habitantes, sembrando engendros diseñados en laboratorios a miles de kilómetros, falsamente llamados "semillas", e intoxicando brutalmente el suelo en una carrera de ambición y mezquindad desmedidas.
La coherencia y continuidad del vaciamiento de las regiones menos "desarrolladas" del planeta por parte de las grandes potencias de Occidente, tienen hoy su amargo corolario en este SAQUEO MORTAL de TODA riqueza natural. 

Suelo, Aire y Agua somos todos nosotros,
Insectos, Aves, Reptiles, Mamíferos, Vegetales y Organismos Vivientes de Todo Tipo.
Somos uno con la Tierra. 
Somos Suelo, Aire, Agua y Vida. 
Nos están matando.

GlifosatoenBuenosAires 3 de septiembre  de 2010

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 Por Chelo Candia, 2009

Este método de fumigación se utiliza en algunas partes de nuestro mundo. En Argentina se ha denunciado sobre todo en plantaciones de soja. Los niños son rociados con Roundup (glifosato) o "2,4 D" (2,4 diclorofenoxiacético) herbicidas que los mata lentamente. Los Pibes Bandera ganan unos 50 pesos caminando 200 hectáreas por día, con el consentimiento de padres y productores.