lunes, 27 de septiembre de 2010

Soja, ambiente, intereses


 Por Mempo Giardinelli
En las últimas cuatro semanas recibí decenas, quizá centenares de mails a propósito del intercambio con Gustavo Grobocopatel.
Me han escrito altos directivos de la Sociedad Rural Argentina, socios de la Federación Agraria, ingenieros agrónomos de la pampa santafesina y la bonaerense, productores de Rafaela y Reconquista, de General Villegas y Córdoba, de Pergamino y Santiago del Estero, de Formosa y de Salta, productores arroceros de La Leonesa en mi provincia, así como del interior de Corrientes, e incluso de Rio Grande do Sul, en Brasil.
Fue una lluvia impresionante de mensajes a favor o en contra de la producción extensiva de soja. Los que firman son científicos del Conicet; genetistas de por lo menos cuatro universidades nacionales; colectivos de productores; campesinos desplazados; economistas del Plan Fénix y de otras instituciones económicas, culturales y agrarias de medio país; filósofos, escritores, lectores de este diario y etc., etc. Salvo un par de idiotas ofuscados, la inmensa mayoría de los mails fueron de tono respetuoso, tolerante y aportador de información en favor o en contra de lo expresado en mis notas. Fue un ejercicio hermoso pero tan masivo que, por eso mismo, me veo impedido de responder a uno por uno.
Lo que sí me queda es la sensación clarísima de que involuntariamente he destapado una caja de Pandora. Y no me parece mal si la discusión de los males o bienes emergentes le sirve a la nación, pero yo aquí paro. Prefiero no seguir polemizando con quienes, en general, me dicen –y siguen diciendo– que estoy equivocado o mal informado, pero sin rebatir mis argumentos. Que acaso no son gran cosa, pero sí son firmes y los sintetizo por última vez:

a) la soja transgénica es peligrosa hasta tanto no se demuestre lo contrario y no debería permitirse en la Argentina (como lo hacen casi todos los países productores);
b) el glifosato, si bien parece que es menos peligroso que el viejo DDT, no por eso es inocente y menos si está bañando la friolera de 22 millones de hectáreas de territorio nacional.

En mi primera nota hablé de “daños colaterales” y la verdad es que los sigo viendo.
 
Donde había bosques naturales no los hay más. Decenas de miles de campesinos fueron y son forzados a abandonar sus tierras para engrosar villas miseria, no hay emprendimiento privado que los contenga y lo que hace el Estado no alcanza. Cada vez veo más escuelas rurales semivacías, y cómo se reclutan chicos para banderilleros de aviones fumigadores.

El año pasado se conoció el caso de San Jorge, Santa Fe, donde además he escuchado testimonios de primera mano. Ahora me llega un mail que informa que a comienzos de septiembre “un equipo de pulverización terrestre se aprestaba a pulverizar los cultivos de soja ubicados en el predio que linda, calle de por medio, con la Escuela del Lote 7, en Colonias Unidas, Chaco. Los vecinos del lugar, que en años anteriores fueron testigos de estas prácticas y que advierten serios problemas de salud en sus niños, impidieron que esta vez se lleve a cabo la aplicación apostándose frente al equipo pulverizador evitando que pueda seguir circulando”, luego de lo cual hicieron la denuncia solicitando que no se “fumigue” más en cercanías de la escuela ni de sus hogares.

Y en la web leo, al cierre, que si hoy en la Argentina se obtienen 30 kilos de miel por colmena, hace 20 años se obtenían hasta 80 kilos en la cuenca lechera de Córdoba y Santa Fe. El cambio obedece básicamente a que en lugar de pasturas para alimentar vacas lecheras, ahora se siembra soja. La producción argentina en la cosecha 2008/2009 fue de 57 mil toneladas, de las cuales se exportó el 95 por ciento. Pero se producían 100 mil toneladas hace 10 años.

Estos también son daños colaterales de una producción que aunque deja divisas al país, no se ha demostrado que no es peligrosa, y además está descontrolada.
Quisiera que se entienda este artículo como una respuesta cordial a cada uno/una de quienes me escribieron. Seguramente hay muchos/as argentinos que saben mucho más que yo de este asunto. Lo mío es la literatura, es cierto, pero también me incumbe como ciudadano el cuidado de un país que tenía una tierra que pensábamos bendita y los acuíferos más impolutos del mundo. Hoy sabemos que eso ya no es así, que la soja transgénica y el glifosato son parte del problema (y no de la solución) y que nadie puede probar lo contrario.
Están muy bien el desarrollo, los emprendimientos y los intereses empresarios que benefician al país. Ganamos todos. Pero cuando el rumbo del de-sarrollo es decidido por el interés de unos pocos, que además pueden hacer que las decisiones políticas se subordinen a ellos, los que perdemos también somos todos.
Hacen falta controles estatales firmes y vigorosos, y legislaciones fuertemente preservacionistas, tanto para la soja y el glifosato como para la represa del Ayuí o la gravísima cuestión de los glaciares, hoy en manos de empresas mineras y gobernadores como el señor Gioja de San Juan y otros que parecen no ver más allá de sus narices. O de sus bolsillos, quién sabe.
Es claro que hay que distinguir conductas y grados de sensibilidad, porque no todos son lo mismo, ni en la soja ni en ninguna otra actividad. Pero también es cierto que el medio ambiente es un asunto demasiado serio como para dejarlo en manos de quienes suelen tener más intereses que conciencia social.

Domingo 26 de Septiembre, Pagina 12
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-153810-2010-09-26.html

jueves, 23 de septiembre de 2010

Proyecto de Ley para frenar los agrotóxicos

En una audiencia pública en la Cámara de Diputados, legisladores, científicos y organizaciones sociales avalaron un proyecto de ley que busca prohibir en todo el país las pulverizaciones aéreas con plaguicidas. También limita las terrestres.

 
                                                                                                    El investigador Andrés Carrasco fue uno de los 
                                                                                                        expositores en la audiencia del Congreso.
 

 Por Darío Aranda
El debate por las consecuencias sanitarias de los agroquímicos entró ayer al Congreso Nacional de la mano de legisladores de distintos bloques, científicos que probaron los efectos negativos en la salud y organizaciones sociales. Fueron recurrentes dos afirmaciones: es necesario cambiar la actual forma de producción agropecuaria y es prioritario dejar de lado el modelo extractivo –donde monocultivo de soja y megaminería a cielo abierto son sus caras más famosas–. “No es la prueba científica la que cierra esta discusión, es la realidad, los vecinos afectados, las malformaciones y los abortos espontáneos”, afirmó el director del Laboratorio de Embriología Molecular de la UBA y científico del Conicet, Andrés Carrasco. La diputada Cecilia Merchán, junto con otros doce legisladores, presentó un proyecto de ley para prohibir todas las pulverizaciones aéreas y limitar las terrestres.
“Minería y soja pertenecen a un mismo modelo. Ambos son perjudiciales. Hay que debatir el perfil productivo de las provincias y esto no se trata de un falso antagonismo ‘interior-Capital’. Soy de Córdoba, provincia sojera, e igual sostengo que este modelo tiene consecuencias en la salud de las poblaciones”, abrió el debate Merchán, en una sala repleta de público. Le siguieron los legisladores Miguel Bonasso, Fernando Solanas, Lisandro Viale (socialismo) y Ariel Basteiro (Nuevo Encuentro).
Carrasco presentó su investigación que confirma el efecto letal del glifosato en embriones anfibios. “Tal como lo quería el ministro de Ciencia (Lino) Barañao, nuestro trabajo está publicado (en la revista científica internacional Investigación Química en Toxicología). Y prueba que el glifosato produce malformaciones o mata al embrión”, remarcó y explicó que los vertebrados (desde anfibios hasta humanos) comparten los mismos mecanismos embrionarios. “Existe la muy seria posibilidad que ocurra lo mismo en humanos, sobre todo en las tres primeras semanas de gestación”, precisó, y alertó que “el problema no es el glifosato, no es el único ni el último agrotóxico, sino un modelo de producción”.
Javier Souza Casadinho, docente de la Facultad de Agronomía de la UBA y coordinador regional de la Red de Acción en Plaguicidas (Rapal), explicó que en la actualidad se riega el país con más de 300 millones de litros. En 1999, las cámaras empresarias recomendaban usar seis litros por hectárea, en la actualidad instan –para la misma superficie– 14 litros. “En nuestro país se sigue usando el endosulfan, extremadamente tóxico, que ya fue prohibido en 69 países del mundo. Acá usamos cuatro millones de litros por año”, cuestionó.
La Leonesa es una localidad de diez mil habitantes a 60 kilómetros de Resistencia. Desde hace una década denuncian el efecto sanitario de los agroquímicos utilizados en plantaciones de arroz. Apuntan al glifosato, endosulfan, metamidofos, picloran y clopirifos, entre otros químicos usados también en la soja. Ante las crecientes denuncias y movilizaciones, en 2009 el gobierno del Chaco creó la Comisión Provincial de Investigación de Contaminantes del Agua. Cinco meses después, finalizó su primer informe oficial y llamó al alerta nacional: los casos de cáncer en niños se triplicaron y las malformaciones en recién nacidos aumentaron 400 por ciento. Sucedió en sólo una década y corresponden a estadísticas sanitarias vinculadas a zonas con uso intensivo de agroquímicos.
El jefe del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), Raúl Horacio Lucero, detalló frente a legisladores las historias clínicas de niños malformados que comenzaron y llegaron a su consultorio, exhibió radiografías de bebés sin dedos, chicas con brazos sin articulación. “En el caso de La Leonesa se usaron datos registrados en los hospitales públicos desde hace años, registros oficiales, y fue realizado por una comisión oficial, ¿cómo puede ser que eso no tenga difusión?, ¿cómo se puede silenciar?, ¿qué otra prueba quieren? Yo vi los casos, nadie me lo contó, conozco a la niña con malformaciones, la vi crecer y también vi que su mamá sufrió fumigaciones en los primeros meses de embarazo”, lamentó.
El presidente de la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas, Orlando Martínez, denunció discriminación hacia el sector, “con 85 años de historia y 50 mil trabajadores”, reclamó un “sustento técnico” para la prohibición, se mostró favorable a abandonar los “productos nocivos” para la salud y retrucó con una sorpresiva propuesta, que fue bienvenida por los presentes: “Si prohíben las fumigaciones aéreas, también hay que prohibir las terrestres”.
El proyecto de ley 5857-D-2010 prohíbe en todo el país las pulverizaciones aéreas de “plaguicidas, agrotóxicos o biocidas químicos o biológicos” con destino para el uso agropecuario, cualquiera sea el producto activo o formulado así como su dosis. También prohíbe la aplicación terrestre dentro de un radio de mil metros a partir del límite de las plantas urbanas y periurbanas en todo el país. En caso de que se viole la norma, propone penas de tres a diez años de prisión. Firman el proyecto de ley diputados de Proyecto Sur, GEN, SI y Frente para la Victoria.

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Página 12, miércoles 22 de septiembre de 2010.

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-153587-2010-09-22.html

sábado, 4 de septiembre de 2010

ALERTA: GLIFOSATO EN PLENA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Se fumiga con el peligrosísimo herbicida en las inmediaciones de los  barrios de Belgrano R, Coghlan, Villa Urquiza y Saavedra.

Viernes 20, 12:00hs. Puente de la Calle Superí. Un operario fumiga ante la mirada de un trabajador de TBA y un compañero.


El Viernes 20 de Agosto de 2010 por la mañana nuevamente una cuadrilla de cinco operarios acompañados por personal con uniforme de TBA trabajaron fumigando en los terrenos linderos a las vías de la Linea Mitre, en la zona de la Estacion Coghlan.

Precisamente en el cruce de peatones de la calle Melián,  entre el que parecía ser el capataz y un vecino, se produjo el diálogo que aquí transcribimos:

...ruido de rociadores...

Vecino:       Le hago una pregunta señor ? con que están fumigando?
Operario:    Con...herbicida
V:               ¿Qué herbicida es?
O:               fosato....
V:               Glifosato?
O:              Glifosato, si señor
V:              Y de que empresa son?
O:              ahh no se.... usted me hizo una pregunta y yo le contesté...
V:              .... bueno...
O:              ...para TBA estamos tirando

Luego de esta conversación los fumigadores trabajaron ardua y meticulosamente, mientras los venenos rociados se podían oler desde 150 metros, pulverizando sobre todo el terreno de las vías, el puente de la calle Superí, las inmediaciones de la estación Coghlan, en un horario altamente transitado, cuando diversas restricciones legales van desde un margen de 500 (quinientos)  metros como mínimo desde cualquier lugar poblado a la prohibición total del uso de GLIFOSATO en áreas urbanas.

viernes 20, 12:00, una madre con su bebé en la plaza mientras un fumigador baja del terraplén.




NE: Por razones de seguridad, el voluminoso archivo grafico y multimedia realizado el Viernes 20 de Agosto, así como el nombre de los vecinos que colaboraron, se mantendrá a resguardo hasta iniciadas las acciones que correspondan.

GLIFOSATO: Dr. Rodolfo Páramo: "Malformaciones Congénitas sobrepasan la estadística mundial"




Impactantes declaraciones del Dr. Rodolfo Páramo (Pediatra) sobre el glifosato y las enfermedades y malformaciones en recién nacidos que  se vienen constatando desde los 90s












Entre otras declaraciones el Dr. Páramo dice:
"A partir de la maldita década de los 90, la gente se acostumbró a hacer cualquier cosa sin medir responsabilidades.. hacé cualquier cosas que total no pasa nada"

"Recuerdo la primera vez que fui a San Lorenzo, los camiones cargados de cereal por las calles céntricas de la ciudad..."

"Desde 1997 la UNL viene constatando que en la soja hay glifosato, y el aceite que se obtiene de la soja tiene endosulfan, uno de los insecticidas más dañinos que pueden existir para la naturaleza..."

MALFORMACIONES: "Cuando denunciábamos las malformaciones congénitas... a mediados de 1994 registramos en un año 12 chicos con malformaciones congénitas... un solo ojo, cabezas más chicas...  nos decían que no había comprobación científica..."

ABORTIVA: "Los fito que las sustancias que la soja transgénica tienen en su interior son abortivos y ya hay transnacionales que a todos sus productos le meten harina de soja..."

MENARCA PRECOZ Y CANCER: "Los Fitoesteroles, actuan como hormona femenina, de ahí que la sociedad de pediatría nos decía que no permitiéramos el consumo de fitoesteroles en menores de 5 años porque se produce una disrrupción hormonal que hace las nenas comiencen a tener su primera menstruación alrededor de los 6 años y sabemos que esa nena se va a morir de cáncer alrededor de los 30 años, de cáncer de útero, de mama o de ovarios"
"Monsanto nos mentía... que era biodegradable, que en contacto con la tierra se degradaba en sustancias no dañinas, pero la realidad es que mata todo tipo de vida vegetal, incluso las bacterias y los hongos que son los que viven en el suelo, son los que van a incorporar los nutrientes de la materia en el suelo y generar el fertilizante natural para el próximo cultivo.. la soja sobrevie pero todo lo demás muere"



Pulblicado por nuevaregion.com el Miércoles, 25 de Agosto de 2010 13:44

http://nuevaregion.com/index.php?option=com_content&view=article&id=18294:glifosato-dr-rodolfo-paramo-qmalformaciones-congenitas-sobrepasan-la-estadistica-mundialq&catid=1:medio-ambiente&Itemid=368

viernes, 3 de septiembre de 2010

Así se perdió la llanura del Plata

 
La conquista como estructura de opresión se proyecta hasta nuestros días como un patrón destructivo de conducta colectiva.

Por Arturo Avellaneda, extracto del Informe A.N.A 2009.
http://www.permahabitante.com.ar/textos.php

A Pedro de Mendoza lo mandaron al muere. Sifilítico y acompañado por el núcleo de su propia infección, fue arrojado a un destino sin esperanza por sus mismísimos cómplices españoles. Ignorante de la fastuosa prosperidad sobre la que estaba parado, no pudo descubrir algo para comer en medio de la pradera más próspera de la tierra. Ni supo pescar en el río más ancho del planeta. Ni fue capaz siquiera de ponerse a masticar una panoja de quínoa silvestre para salvarse la vida. Y así se murió de hambre.
Él seguramente hubiera deseado encontrar quien lo alimente. Alguien que pueda leer sus patéticas credenciales y ser además tan ingenuo como para creer lo que decían. Caleuche, voz araucana que significa “nave con dementes”, es el nombre de una leyenda de nuestros antepasados, seguramente inspirada por esta experiencia a la que la historia oficial atribuye la primera fundación de la ciudad de Buenos Aires.
Con los años el contacto establecido, continuó gestando el encuentro entre todas las culturas del Atlántico. Así una América criolla se estableció en la Cuenca del Plata, mientras se desparramaba por el campo una verdadera infección de animales ajenos a nuestras prístinas pampas. Cerdos, perros, ovinos, caprinos, equinos y bovinos, vinieron entonces sin otro propósito que nutrir al invasor y a quitarles su espacio a la fauna y flora nativa. De esta forma, nuestras especies autóctonas, por ignorarse su valor de cambio en los mercados europeos, carecieron de un argumento que las “adapte” al colonialismo en boga en aquel incipiente Virreinato del Río de la Plata. Nadie quiso sacar de la ignorancia a nuestros clientes y contarles que sus haciendas carecían de las aptitudes necesarias para sobrevivir en estas espesas zonas geográficas. Ni detenerse tampoco a averiguar que la naturaleza es más generosa en excedentes biológicos legítimos, de lo que pueda llegar a ser jamás con la introducción de una especie inadaptada. Toda la viveza del nuevo criollo se concentró en sujetar al campo a la presencia de estas especies foráneas quemando, talando y alambrando a sus anchas.
Así se perdió la pampa húmeda y pasaron a la ignominia territorios conocidos por nosotros por las características sobresalientes de su particular toponimia. El Tigre, Lobos, San Miguel del Monte, Venado Tuerto, ya mudos testigos del brutal arrebato del caldenal, de la selva de tala y espinillo que tapaba la mirada desde
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Punta Lara a General Madariaga y mucho más allá en la vastedad inabarcable de nuestra llanura. Todos espacios que a esta altura del año tenían por dominante la coloración ocre que recuerdan los libros de W. H. Hudson y no el gris marchito que lucen ahora nuestros expoliados campos de pastura.
Echaron al venado, se perdió el ñandú, corrieron al guanaco, deforestaron hasta donde les dio el cuero y no satisfechos con ello continuaron imponiendo su incendiario modelo hasta secar las napas y hacer volar el suelo más allá, en la profundidad del desierto pampeano. Con la aparición del DDT en los ’60 desaparecieron los insectos y las aves endémicas del pastizal. Y a partir de los ’90, con los nuevos herbicidas preparados especialmente para especies transgénicas, desaparece toda forma de vida fundada en el metabolismo de la clorofila, condenando a toda forma de vida silvestre a una desaparición definitiva.
Nuevamente, son las columnas de humo las que delatan el lugar de la batalla, como relata Javier Moro en su célebre biografía de Chico Mendes, el recordado mártir brasilero de la defensa de la selva amazónica.

Round Up, es el asesino Glifosato

El que trae muerte, enfermedad y malformaciones infantiles entre la gente de campo.
La formidable buena salud con la que cuenta la multinacional MONSANTO, contradice la decreciente tendencia del mercado norteamericano al que pertenece. Sus utilidades en el último período del 2008, indican que gracias al extraordinario desarrollo alcanzado en América del Sur, sus acciones se han valorizado en un 117 %, sobre un total de utilidades netas de 556 millones de dólares. (1)
Nada hace suponer entonces que el reciente fallo judicial de la Provincia de Córdoba por daños a toda la comunidad de Ituzaingó Norte, inhibiendo de fumigar con su producto estrella el “Round Up”, deba preocupar al ahorrista. Como imagino que tampoco la sentencia condenatoria a prisión por la muerte del niño paraguayo Silvino Talavera, rociado por agrotóxicos por los sojeros de la zona, deba inquietar al operador de bolsa más fogueado.
Sin embargo nuestra presidenta anunció ayer, que "Vamos a seguir muy de cerca este tema, porque son hechos muy importantes que hacen a la salud de todos los argentinos". La presidenta Cristina Fernández de Kirchner consignó que dio instrucciones a la Ministra de Salud, Graciela Ocaña, para "que realice una investigación" sobre el uso de determinados agroquímicos para la fumigación "por el impacto que puede tener en la población". (2)
Sirva entonces esta pequeña reseña como contribución a la investigación en curso:
Dice Sofía Gatica presidenta de las Madres de Ituzaingó (Cordoba): “Cáncer y Leucemia acá hay en todas las familias”…”hay niños con hasta 20 tumores cancerosos en la cabeza”.
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Dice el Dr. Gabriel Gianfellice, prestigioso médico de la pequeña comunidad de Cerrito, Entre Ríos en su libro de reciente aparición La soja, la salud y la gente:
“La salud deberá enfrentar por mucho tiempo (décadas, centurias, milenios tal vez) los efectos deletereos de los venenos agroquímicos sobre el ambiente y los animales que forman parte de él.”
Libro en el que se relata el doloroso caso de los primitos Portillo; Alexis, Rocío y Cristian muertos tras recibir sucesivas fumigaciones sobre la humilde vivienda que tenían en un paraje rural próximo a Rosario del Tala, también en Entre Ríos.
Norma Portillo, mamá de Cristian declara: “Cuando fumigaban, nos encerrábamos en la pieza. Por días nos dolía la cabeza, picaba la garganta y ojos. Y si llovía, el arroyo bajaba con peces muertos, nada deja el veneno”
También resulta interesante el minucioso relevamiento del Dr. Jorge Kaczewer (Médico UBA) sobre el uso de agroquímicos en las fumigaciones periurbanas. Donde se puede leer: “Sabemos que los agroquímicos producen efectos tóxicos agudos y crónicos. Los impactos de largo plazo (crónicos) sobre la salud humana pueden resultar tanto a partir de una única exposición a altas dosis de pesticidas, como también de exposiciones a lo largo de un extenso período de tiempo, aunque los niveles de exposición sean bajos. Pese a que la gente no sepa que estuvo expuesta, los problemas consecuentes pueden emerger muchos años luego de una exposición crónica a bajas dosis de pesticidas”.
Donde también dice este minucioso estudio científico: “No se debe trasladar a las comunidades el peso de la prueba sobre una actividad mientras otro se está llenando los bolsillos. Los debates sobre políticas de reglamentación de actividades contaminantes deben ser abiertos, transparentes y brindar seguridad a las voces de las comunidades impactadas”.
También se puede visitar el B° Malvinas de Rosario acompañado por el Dr. Victor Smith (tel. 0341 4376644) y verificar la escalofriante cifra de bajas de su silenciosa guerra contra los silos que la empresa Cargil posee en la zona portuaria, que según entiendo ya supera en afectados al del verdadero conflicto del Atlántico Sur.
(1) América del Sur alimenta a Monsanto. Univisión, Internet, 8-1-09. biodiversidadla.org
(2) Agencia TELAM


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NE: Don Pedro de Mendoza, aquel ignorante Primer Adelantado, persiguiendo riquezas prometidas por la corona de España, la máxima potencia militar y económica de aquellas épocas, encontró una absurda muerte por enfermedad e inanición en nuestras otrora riquísimas Pampas. En incuestionable continuidad con ese hecho, los avanzados de la agroindustria de hoy, persiguiendo las riquezas prometidas por el Imperio de las corporaciones multinacionales, máximas y absolutas potencias de nuestros días, siembran la muerte de toda abundancia y diversidad, de todo habitante genuino, de toda vida, y finalmente de sí mismos  en tanto "productores" y administradores. 

No hay producción ni administración posible en una tierra devastada por el genocidio que causan los venenos agroquímicos. 
No hay producción ni administración posible en donde el mágico equilibrio de la Naturaleza ha sido ignorado, violado y mutilado espantosamente. 

Como Pedro de Mendoza el productor "muere"  ignorando la verdadera riqueza del suelo y sus habitantes, sembrando engendros diseñados en laboratorios a miles de kilómetros, falsamente llamados "semillas", e intoxicando brutalmente el suelo en una carrera de ambición y mezquindad desmedidas.
La coherencia y continuidad del vaciamiento de las regiones menos "desarrolladas" del planeta por parte de las grandes potencias de Occidente, tienen hoy su amargo corolario en este SAQUEO MORTAL de TODA riqueza natural. 

Suelo, Aire y Agua somos todos nosotros,
Insectos, Aves, Reptiles, Mamíferos, Vegetales y Organismos Vivientes de Todo Tipo.
Somos uno con la Tierra. 
Somos Suelo, Aire, Agua y Vida. 
Nos están matando.

GlifosatoenBuenosAires 3 de septiembre  de 2010

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 Por Chelo Candia, 2009

Este método de fumigación se utiliza en algunas partes de nuestro mundo. En Argentina se ha denunciado sobre todo en plantaciones de soja. Los niños son rociados con Roundup (glifosato) o "2,4 D" (2,4 diclorofenoxiacético) herbicidas que los mata lentamente. Los Pibes Bandera ganan unos 50 pesos caminando 200 hectáreas por día, con el consentimiento de padres y productores.